Caputo Tártara entrevistado por Denise Benítez Franco y Ramiro Queipo |
En esa oportunidad, los
estudiantes Ramiro Queipo y Denise Benítez Franco le realizaron una entrevista
sobre temas vinculados a la justicia y los medios.
Usted cree que los medios de
comunicación ¿pueden tener algún tipo de influencia positiva o negativa en su
labor o de impacto en la opinión pública?
-
Los
medios de comunicación reflejan el sentir de la gente. Entonces en tanto y en cuanto
con objetividad éstos informen acerca de los sentires de distintas opiniones de,
llamémosla en el buen sentido de la palabra “bandos”, no van a hacer sino,
poner de manifiesto una circunstancia
que ya subyace y es real, de manera tal que no le veo sinceramente que pueda
haber una incidencia extraordinaria, es la incidencia normal que refleja la
idea de un grupo de personas sobre el
sentir de alguna situación. A veces se observa que un periodista está más
comprometido ideológicamente, porque somos todos seres humanos, con uno u otro
sector y por ahí pone énfasis en uno u otro sentido. Pero si yo tuviera que
hacer un balance mental en importante cantidad de décadas en las que vengo
trabajando, me he sentido absolutamente cómodo con la prensa en el sentido de
que han reflejado verdaderamente lo ocurrido. Y cuando llega el momento de la
decisión, se respeta lo que se resolvió
y punto, amén del sentir de los demás. Es decir, hace muy bien el periodista en
ir a consultar al familiar cuando se dicta el fallo. Por otro lado, hay que saber
respetar una institución tan relevante y trascendente como es la Justicia en lo que es una
República, para decir los fallos son estos. A veces, los supuestos que se puedan
tener acerca de un caso exceden el marco de los parámetros que establece la Ley para pasarlos por ese
tamiz y juzgar y resolver. No me sirve tal o cual opinión para fallar, necesito
pruebas concretas. Hay principios, por ejemplo, el de in dubio pro reo, que establece que en la duda siempre hay que
estar a favor del procesado, que es insoslayable. Y hay un aspecto de la duda,
no como ser humano ni como juez, en el cual se supone que esta duda sea
objetiva, que la balanza no se inclina en ninguno de los dos aspectos.
Algunos fallos o juicios
tienen mayor repercusión en los medios y esto se relaciona con que dichos
fallos involucran a ciertos sectores, ¿Esto le genera algún temor por las
consecuencias hacia su persona o para con su familia?
-
No.
Llevo dedicándome a esto 30 años y creo que lo importante cuando uno se aboca a
una tarea es que tiene que presuponer estas circunstancias. He tenido amenazas,
me he tenido que ir raudamente de La
Plata , sin dar a conocer mi situación. Uno lo toma como que
son propios de la función en la que se desempeña.
De hecho, hace un tiempo, realizando visitas carcelarias por disposición
de la Corte ; en
determinado momento el Jefe de la
Unidad de repente me
aparta rápidamente de un lugar y me comenta que cerca de mí se encontraba una
persona a quien yo había sentenciado a 49 años de prisión trabajando con una
pala, a quien no le hubiese costado mucho hacerme algo con dicho elemento.
Digamos no puedo decir que ciertas situaciones a uno no lo pongan nervioso,
pero al punto de sentir miedo NO, porque creo que sería indigno de la función.
Su participación en uno de
los Juicios de mayor repercusión en los medios fue aquel que tuvo que ver con
el preso de Olmos que resultó asesinado supuestamente por guardiacárceles. ¿Hubo
algunos inconvenientes con familiares de esa persona por su fallo a favor de
los acusados?
-
Recuerdo
ese caso. Se trató de un supuesto donde se investigaban dos hipótesis: una que
justamente hubiera sido ultimado por agentes del servicio penitenciario y la otra, un suicidio no intencional sino
culposo. Esto comenzó como una protesta lo cual es común en las cárceles; lo que hay
que entender es que los colchones son de poliuretano, por lo que al quemarse
comenzó a desprenderse el anhídrido del colchón prácticamente a dejarlo sin
posibilidades de sostenerse y cae quemándose en gran porcentaje de su cuerpo.
Esa fue la tesis que prevaleció a lo que se refiere la prueba por sobre todas
las cosas. Uno tiene que desapasionarse, mirarlo con absoluta objetividad.
He tenido otros casos en los que sí, fuerzas de seguridad asesinaron a
un chico dentro de un patrullero, y allí caímos con todo el peso de la Ley e impusimos prisión
perpetua porque así lo ameritaba. Además se acreditó fehacientemente la prueba,
ya que puede tener diversidad testimonial, pericial, documental, etc. En estos
casos es relevante la prueba pericial, la misma se realiza de forma privada y
no son pruebas de público conocimiento, en los cuales uno tiene que elucubrar
con presunciones lo inherente a la acreditación de los distintos temas. Es
decir, el primer presupuesto a acreditar es lo que llamamos la “perpetración de
un hecho”; luego al hecho lo subdividimos en un tipo penal o derecho.
Finalmente en una segunda instancia se verifica el grado de participación que
le cupo a la persona imputada o a los imputados, luego atenuantes, agravantes,
etc. Y por último la pena que corresponde poner. Entonces éste es un camino
lógico deductivo inductivo según como lo quieras mirar, es el que estamos
obligados conforme a la legalidad, Constitución, Código Penal, Código Procesal
y leyes anexas que nos dan las pautas a llevar a cabo. O sea, hay que
desapasionarse y salirse del contexto de sentimientos de familiares o grupos
que pugnan y pretenden influir, a veces con presupuestos diversos de los que utiliza la justicia para
llegar a distintos finales. Y si no rigiendo los fundamentales aspectos que
tienen que ver con la
Excusación o la Recusación.
Esto significa que si alguien así lo considera, puede recusar
al magistrado; en cambio si uno observa que el contexto lo excede debe excusarse,
para evitar que se rompa la garantía fundamental del Juez Natural.
¿En la opinión pública va a
tener siempre dos impactos diferentes?
-
Sí,
siempre hacemos el mismo chiste al respecto. Cuando los fallos son favorables
sos “El mejor Juez del mundo”, cuando son desfavorables sos el peor de todos.
Pero sabemos que es así, y nuestra tranquilidad está en la posibilidad de que
estas decisiones que tomamos luego son revisadas por el Tribunal de Casación, La Corte de la Provincia de Buenos
Aires y la Corte
Nacional , de manera tal que no es una decisión que es
irrevocable, definitiva y que pudiera causar frente a un error, un perjuicio.
Todo lo contrario, hay muchas instancias posteriores y superiores que analizan cada fallo y se llega a la
conclusión que corresponde. Y es garantía para el justiciable que se siente
agraviado y que cree que el fallo no ha sido el correcto de acuerdo a derecho.
¿Qué considera que se debería
cambiar en la justicia argentina?
-
Bueno,
es muy amplia la pregunta porque obviamente en lo que se refiere a la jurisdicción
y a su vez la resolución de conflictos con relevancia jurídica por parte de la
justicia se divide a su vez en lo que llamamos competencia por razón de la
materia. Esto es, existe competencia civil, competencia comercial, competencia contencioso
administrativa, laboral, de familia, procesal, constitucional, y también penal
que es la mía. En lo que hace a lo penal, considero que se ha avanzado bastante
para hablar de algo que obviamente conozco por tratarlo directamente. También
puedo opinar, si se quiere, de los otros ítems que mencioné: considero que
siempre aparece la necesidad de la mayor cantidad de órganos para poder juzgar.
Aquí en La Plata
por ejemplo, hay sólo cinco Tribunales en lo Criminal y se han incrementado la
cantidad de hechos delictivos de manera progresiva.
Y
el trámite judicial necesita celeridad
-
Efectivamente,
y para que no estén dos o tres años en la etapa primigenia y posteriormente
otro tanto o un poco menos en la etapa de juicio, hacen falta mayor cantidad de
órganos y en consecuencia mayor cantidad de sujetos operadores de este
proceso: Jueces, fiscales, y digo
siempre defensores oficiales ya que son los que intervienen en el 80 o 90 por
ciento de las causas, habida cuenta que son los abogados que no le cobran al
cliente o que llegan a ellos subsidiariamente después de haber gastado todos
sus ahorros en un abogado particular con que el que no obtuvieron, a veces, un
resultado favorable. Una decisión en este sentido traería aparejada la necesaria celeridad que hoy necesita la resolución del caso. Por
ejemplo, en este momento hace un mes que el tribunal en el que intervengo se
encuentra con un caso en el que se imputa la muerte de un joven en la Comisaría Novena
de La Plata , y
hace un mes que estamos con cinco defensores, un particular damnificado y un fiscal.
Cada testigo importante en el análisis me lleva 3 horas, y hay otros juicios,
otras exigencias, otras audiencias y otras cuestiones de manera tal que a veces
no es posible apurar algunas cuestiones así porque sí. Por eso pienso que lo
prioritario es eso. Y después la infraestructura objetiva: más cantidad de
salas de juicio, edificios que permitan que los testigos que deben permanecer
mucho tiempo allí tengan un pequeño refrigerio, un baño cómodo. Hay gente que
esta entre 3 y hasta 10 horas y tiene que esperar para oportunamente prestar su
declaración. Hacen falta salas para que puedan deliberar los jueces frente a
las distintas instancias que se van dando. Hace falta mucho en ese sentido y no
veo lamentablemente que haya una inversión en el corto plazo, no veo que haya
una tendencia política, en el buen sentido.
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